Se festeja el día del bailarín por el natalicio del gran maestro argentino Jorge Donn. (El Palomar, 28 de febrero de 1947 – Lausana, 30 de noviembre de 1992) fue un bailarín argentino considerado como uno de los más icónicos de la danza del siglo XX. Fue intérprete e inspiración del arte coreográfico de Maurice Bèjart y partenaire de bailarinas rusas como Maya Plisetskaya y Natalia Makarovna.
Se formó en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón (Buenos Aires). 1963 se mudó a Bruselas, donde ingresó al Ballet del Siglo XX, la compañía de ballet de Maurice Béjart. Allí adquirió fama internacional.
En aquella época, el joven Donn (nacido en El Palomar, Buenos Aires) era todo energía, belleza y ductilidad. Formaba parte principal de una cuadriga ejemplar y deslumbrante, junto a Paolo Bortoluzzi, Luc Bouy, Germinal Casado y Víctor Ullate. Estos eran algunos de los abanderados de aquella máxima béjartiana tan polémica como popular: “La danza es el hombre”.
Junto a la brasileña Marcia Haydee, Donn representa a los latinoamericanos que lograron instalarse por derecho propio y talento en la élite europea del ballet justo en su momento de expansión en la segunda mitad del siglo XX.
Entre sus más memorables trabajos el Bolero de Ravel (1979), otros que lo convirtieron en la estrella de la agrupación. Bailó junto a grandes figuras del ballet como Maia Plisiétskaia.
Participó en la película del director francés Claude Lelouch Les Uns et les Autres (Los unos y los otros) con James Caan y Geraldine Chaplin
A partir de 1976 fue el director artístico del Ballet del Siglo XX y en 1988 formó su propia compañía, L’Europa Ballet. En 1979, recibió el Dance Magazine Award, el premio más prestigioso de la danza. En 1989, fue premiado por la Fundación Konex como uno de los 5 mejores bailarines de la historia en la Argentina hasta la fecha.
A Jorge Donn se le vio por última vez en Madrid en 1986, en el Palacio de Deportes de la Comunidad, cuando hizo precisamente el Bolero y un fragmento de Diva dentro de un Festival de otoño. Su última aparición pública fue en el mes de junio de ese año dentro del modesto, festival de Sens, cerca de París. Desde los años ochenta, Jorge Donn intentó varias aventuras en solitario y poco a poco se alejó de su compañía madre, entendiendo de una manera discreta que el relevo generacional le había llegado en el corazón y la óptica de su maestro Béjart. Fundó el ballet de Verdún, que duró poco, y luego hizo breves giras al frente de una pequeña compañía donde alternaba fragmentos de su repertorio histórico a escala de cámara con sus propios intentos creativos. En esta aventura conservó a toda costa el ballet Nijinsky Clown de Dios y volvió en 1989 a su Argentina natal; también bailó en Milán, Bruselas y otras ciudades europeas en un intento que ya parecía desesperado de recuperar el espíritu de antaño, pero el tiempo y la enfermedad ya conspiraban en su contra.
Donn murió a causa de complicaciones por VIH el 30 de noviembre de 1992 en Lausana (Suiza), a los 45 años de edad.
Última modificación: 22 abril 2024